ESPACIOS SIN LIBERTAD





George Tooker, The Subway, 1950.

    En este inquietante The Subway, George Tooker retrata la angustia y la deshumanización de la vida moderna, el aislamiento social y la normalización del individuo alienado por dispositivos de poder y arquitecturas disciplinarias que impiden el ejercicio de la libertad y la expresión de la singularidad única de la que cada ser humano es poseedor. Pero no es en este espacio sin libertad el único lugar donde Tooker retrata la clasificación ordenada y conducida de las subjetividades fabricadas de manera idéntica: en salas de espera (The Waiting Room, 1959), en oficinas gubernamentales (Government Bureau, 1956), en los pasillos subterráneos del metro (The Subway, 1950), en el supermercado (The Supermarket, 1972), en hospitales (Ward, 1970), en restaurantes (Lunch, 1964), etc., en todos estos y otros espacios cotidianos aparece repetida la misma idea.


George Tooker, Government Bureau, 1956

     Resulta sospechoso el parecido que guardan todas estas arquitecturas que conforman nuestro espacio social. Este aire de familia que poseen instituciones como las prisones, escuelas, manicomios, hospitales, oficinas, fábricas, cuarteles, etc., no es fruto de la casualidad. Fue el filósofo francés Michel Foucault, en su famoso libro Vigilar y castigar (1975), el pensador que mejor consiguió establecer el perverso nexo de unión que compartían todas estas instituciones en apariencia inofensivas y neutrales. Todas estas instalaciones, en realidad, son dispositivos de dominación que forman parte de una compleja trama de poder que atraviesa toda la sociedad y de la cual nosotros mismos, como engranajes del sistema, somos también cómplices y víctimas al mismo tiempo. A estas arquitecturas especialmente diseñadas para clasificar, vigilar y, en definitiva, controlar la conducta y la forma de ser de los individuos, Foucault las llama "instituciones disciplinarias", "instituciones carcelarias",  e incluso "instituciones de secuestro".

George Tooker, Landscape with figures, 1966
George Tooker, Landscape with figures, 1966.
     El objetivo último de dichas instituciones, según Michel Foucault, y de la sociedad disciplinaria en su conjunto, consiste en la normalización de los individuos, es decir, que estamos ante una nueva forma de poder que tiene por misión la fabricación de subjetividades estandarizadas que, en el momento oportuno, podrán ser útilmente empleadas para servir a los propósitos económicos y políticos del sistema.


George Tooker, The Supermarket, 1972.

     No obstante, cabe destacar que, todas estas instituciones de encierro que conforman la sociedad disciplinaria, están actualmente en crisis. Esto se debe al hecho de que se está ya implantando un nuevo modelo de poder mucho más eficaz. En efecto, hoy nos encontramos inmersos en las llamadas sociedades de control, que utiliza tecnologías mucho más avanzadas que las descritas por Foucault en Vigilar y castigar. Hemos pasado de las sociedades disciplinarias a las llamadas sociedades de control. Por eso las instituciones disciplinarias tradicionales (escuelas, cárceles, hospitales, fábricas, etc.) son instituciones en crisis alrededor de las cuales se dan ya "luchas de retaguardia" antes de pasar a su  desmantelamiento final. Mientras tanto, lo que se está implementando a escala global es el control sin encierro, y a distancia, a través de las nuevas tecnologías de la información. A través de los dispositivos móviles, de los medios de comunicación de masas, de las redes sociales, de nuestros movimientos bancarios, etc., se puede controlar a los individuos y a la población sin que éstos sospechen demasiado acerca de la vulneración de sus derechos y libertades.



Eduardo Vicente Navarro



Comentarios