EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO



MATTHIEU RICARD / TIBET / BUDISMO / MEDITACIÓN

Os presento a Matthieu Ricard, supuestamente “el hombre más feliz de la Tierra” desde el punto de vista neurocientífico. El profesor Richard J. Davidson, del laboratorio de Neurociencia Afectiva de la Universidad de Wisconsin, investigó durante meses el cerebro del famoso monje budista para poder comparar su actividad cerebral con la de cientos de voluntarios que formaban parte del experimento. Durante meses conectaron a su cabeza cientos de electrodos (concretamente 256) y le practicaron resonancias magnéticas nucleares para obtener imágenes funcionales de su cerebro, con el objetivo de poder medir su resistencia al estrés, el registro de las emociones y, en definitiva, para poder comprobar los efectos biológicos que tiene la meditación en el cerebro humano.

Pues bien, la anécdota que hace de esta investigación una de las más famosas del mundo, y de la cual toda la prensa internacional se hizo eco, es que, tras clasificar los niveles de felicidad de los voluntarios en una escala que iba desde 0.3 (muy infelices) a -0.3 (muy felices), el resultado de Matthieu Ricard fue de -0,45, resultado que pulverizó todos los registros y desbordó las previsiones de la investigación, convirtiéndolo en “el hombre más feliz del planeta”. Por supuesto, Matthieu Ricard no quiso aceptar esta etiqueta, aunque sí explicó que el resultado se debía a que su cerebro había aprendido, a través de la meditación, a producir emociones positivas más allá de los parámetros normales. Al parecer, su cerebro presenta una elevada actividad asociada al lado izquierdo del cerebro, desde donde se generan las emociones positivas y los estados de bienestar (a diferencia de la mayor activación del lado derecho asociada a la depresión, la ansiedad o el miedo). Al parecer, es posible trascender las carencias, los sufrimientos y los pensamientos negativos que llevan a la mayoría de las personas a la infelicidad.

¿QUIÉN ES MATTHIEU RICARD?


Biólogo, doctor en genética molecular, monje budista, fotógrafo, asesor personal del Dalái Lama, miembro del prestigioso Mind and Life Institute... Además de escribir multitud de ensayos y libros (El monje y el filósofo, En defensa de la felicidad, El infinito en la palma de la mano, Trabajando con las emociones destructivas, etc), o de desarrollar una inmensa labor humanitaria en Oriente (por la que Francia le otorgó la Orden Nacional al Mérito), o de ser el único occidental capaz de leer, escribir y traducir el sánscrito, etc. Este francés, hijo del filósofo Jean-François Revel, educado en los más exquisitos círculos intelectuales franceses, sin embargo, tras doctorarse en biología molecular en el Instituto Pasteur, decidió abandonar su carrera científica para concentrarse en la práctica del budismo y pasar a residir en el Tibet, al noreste del Himalaya.
Matthieu Ricard encarna a la perfección el ideal del personaje occidental que lo deja todo para embarcarse en una aventura budista propia de las películas de Hollywood. No obstante, a pesar de llevar más de cuarenta años viviendo en un monasterio budista perdido en el Himalaya, Matthieu Ricard no ha dejado de colaborar en sus proyectos humanitarios y en las investigaciones científicas que tratan de determinar cómo influye la meditación en nuestra biología y qué beneficios tiene en nuestra salud. Por ejemplo, hoy sabemos que estimula el sistema inmunológico, regula la bioquímica relacionada con los niveles de estrés, disminuye los procesos inflamatorios o transforma a largo plazo la estructura de nuestro cerebro.
Para los más escépticos, cabe recordar que todo esto no es ciencia ficción, al contrario, es algo tangible y real que la investigación científica a podido corroborar empíricamente y cuyos mecanismos la neurociencia está tratando de determinar. A lo largo de los siglos, el budismo ha desarrollado una metodología para entrar en la mente humana y lograr transformaciones reales en nuestra interioridad, lo cual tiene repercusiones en la arquitectura de nuestro cerebro y en nuestra salud física y psicológica.
¿QUÉ ENSEÑA?

Un pequeño resumen de algunas de las cosas que dice Matthieu sería el siguiente:
1. MEDITAR ES CULTIVAR LA MENTE para pasar de un estado de confusión a un estado de conciencia. La meditación es la ciencia de la mente que nos permite despertar.
2. Pero cuando comenzamos a meditar, la mente se comporta como un MONO SALVAJE que salta de rama en rama (oscila todo el tiempo saltando de tema en tema). Se deja arrastrar fácilmente por toda clase de sensaciones, pensamientos y emociones que, en ocasiones, pueden ser negativos (un problema, un dolor, angustia, rencor, etc.).
3. Por suerte, con la práctica y con paciencia, aprendemos a comportarnos como un mero OBSERVADOR del teatro de nuestra conciencia, y nos damos cuenta de que los pensamientos y las emociones son pasajeros y se desvanecerse de manera natural. La clave está en darse cuenta de que nosotros no somos la ansiedad, la angustia o el rencor.  No debemos identificarnos con estos objetos mentales, simplemente los observamos.
4. La meditación, así, nos enseña a LIBERARNOS DE LOS VENENOS MENTALES y a generar estados de ánimo positivos. La mente se vuelve más clara y se presenta como un cielo despejado, o como un estanque tranquilo y transparente.
5. Es entonces cuando estamos preparados para cultivar la COMPASIÓN y el AMOR ALTRUISTA. Recuerda que los mamíferos somos seres afectivos, siendo además los humanos animales muy sociables. Esto explica que las meditaciones sobre el amor altruista y la compasión tengan repercusiones bioquímicas beneficiosas.
6. No terminan aquí las ventajas. Gracias a la meditación podrás ENFOCAR LA ATENCIÓN, GESTIONAR LAS EMOCIONES Y ELIMINAR LA CONFUSIÓN, para ver las cosas con mayor perspectiva y claridad.
7. Pero además, la meditación te enseña a adquirir PRESENCIA, es decir, a enfocar la atención en el instante presente, en vez de viajar mentalmente en el tiempo hacia un pasado que es imposible de cambiar o un futuro que todavía no existe.
8. Por supuesto, también tiene UN IMPACTO POSITIVO SOBRE NUESTRA FELICIDAD. Ahora bien, debes de saber que los budistas no entienden la felicidad como una sucesión interminable de placeres y deseos materiales que nunca terminan y que nos llevan al agotamiento. No, la felicidad es más bien una disposición interna de la mente y una forma de estar en el mundo junto a los demás.
9. A propósito de la felicidad, recuerda también algo muy importante: LA FELICIDAD EGOÍSTA NO FUNCIONA. Para que la formula de la felicidad funcione, es necesario incluir dentro a los otros. Esto nos cuesta de asimilar a los occidentales, pues hemos sido educados en la competencia y el individualismo.
10. Por último, brevemente señalar la necesidad de incluir todos estos aspectos en  LA EDUCACIÓN. La educación no puede consistir únicamente en inculcar conocimientos que hay que memorizar, ni debe contentarse únicamente con medir lo más puramente intelectual. Una verdadera educación también debe de cultivar la interioridad, fomentar valores como la bondad y la compasión, potenciar las cualidades individuales, y también proporcionar las herramientas necesarias para alcanzar el equilibrio y la felicidad.

Recuerda las palabras clave: MEDITAR, MENTE-MONO, OBSERVACIÓN, PENSAMIENTOS, EMOCIONES, COMPASIÓN, ATENCIÓN, CLARIDAD, PRESENCIA, FELICIDAD, EDUCACIÓN.


Eduardo Vicente Navarro

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