¿Crees que es posible engañar a nuestro cerebro e influir sobre nuestros estados anímicos? ¿Podemos enseñar a nuestro cerebro a generar emociones positivas? Vamos a hacer la prueba. Coge un lápiz o un bolígrafo y sitúalo horizontalmente en tu boca sujetándolo con los dientes. Será suficiente con esperar unos segundos para experimentar los resultados. Si estás sentado puedes ahora levantarte y caminar.
Como podemos imaginar, la posición del lápiz colocado de manera estratégica en nuestra boca, activa los músculos y simula fisiológicamente la gesticulación propia de la risa, de tal manera que hacemos creer a nuestro cerebro que la risa se está produciendo espontáneamente, y nuestro cerebro responde reforzando ese estado de ánimo efectivamente.
Este sencillo ejercicio, puede ser útil para activar un estado de ánimo positivo o para tratar de modificar uno negativo. Si estamos molestos por algún problema o preocupación, la técnica del lápiz nos puede ayudarnos a cambiar el chip, aunque sea momentáneamente. Asimismo también puede ser efectivo antes de realizar una meditación si notamos que estamos irritados. Cada uno puede encontrar el beneficio que más le convenga en cada situación determinada.
Desde un punto de vista más teórico, este experimento también es útil para que reflexionemos acerca de una serie de cuestiones que pueden resultar acaso interesantes. Este experimento nos permite, en efecto, reflexionar sobre los fundamentos biológicos de las emociones, así como acerca de la posibilidad de producir modificaciones en nuestros estados emocionales a través de ciertas prácticas. Por ejemplo, podemos preguntarnos: si un simple lápiz es capaz en unos segundos de producir una emoción positiva, aunque sea de manera transitoria, ¿qué no podrá hacer la práctica constante de prácticas como la meditación? Las emociones tienen una base biológica, y la meditación puede producir modificaciones en la estructura de nuestro cerebro o en nuestro sistema inmunológico... Un tema sin duda interesante, que en este momento no vamos a desarrollar, pero que podéis consultarlo en otro apartado.
Este sencillo ejercicio, puede ser útil para activar un estado de ánimo positivo o para tratar de modificar uno negativo. Si estamos molestos por algún problema o preocupación, la técnica del lápiz nos puede ayudarnos a cambiar el chip, aunque sea momentáneamente. Asimismo también puede ser efectivo antes de realizar una meditación si notamos que estamos irritados. Cada uno puede encontrar el beneficio que más le convenga en cada situación determinada.
Desde un punto de vista más teórico, este experimento también es útil para que reflexionemos acerca de una serie de cuestiones que pueden resultar acaso interesantes. Este experimento nos permite, en efecto, reflexionar sobre los fundamentos biológicos de las emociones, así como acerca de la posibilidad de producir modificaciones en nuestros estados emocionales a través de ciertas prácticas. Por ejemplo, podemos preguntarnos: si un simple lápiz es capaz en unos segundos de producir una emoción positiva, aunque sea de manera transitoria, ¿qué no podrá hacer la práctica constante de prácticas como la meditación? Las emociones tienen una base biológica, y la meditación puede producir modificaciones en la estructura de nuestro cerebro o en nuestro sistema inmunológico... Un tema sin duda interesante, que en este momento no vamos a desarrollar, pero que podéis consultarlo en otro apartado.
Eduardo Vicente Navarro
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