FREUD Y EL PSICOANÁLISIS +NETFLIX

     Buenos días, un saludo a los alumnos de Psicología y mediadores escolares (ahora sin clientes), de 2º de Bachillerato del IES Teulada. Vamos a continuar con Freud, siguiendo el hilo de lo que habíamos visto en las últimas sesiones.

     Habíamos comenzado viendo la crítica de Freud contra la concepción del sujeto que proponía Descartes. Para Descartes, el sujeto resulta ser transparente para sí mismo, es decir, uno puede por introspección tener acceso a sus estados mentales y conocerse con relativa facilidad. Como señala Descartes en su Discurso del método, "este yo, es decir el alma por la cual yo soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y hasta más fácil de conocer...". En definitiva, Descartes propone un modelo de sujeto que es racional, que puede llegar a conocerse a sí mismo, que es plenamente consciente, y que tiene acceso privilegiado a sus estados mentales. Además, es un sujeto libre, dueño de sus actos, etc.

     Pero Freud no está en absoluto de acuerdo con esta lectura que Descartes hace del sujeto. Para Freud el sujeto no es trasparente para sí mismo, sino que es opaco. Freud se da cuenta de que no somos esos sujetos racionales, conscientes y dueños de nuestros actos, como pretendía Descartes. Al contrario, Freud descubre que la consciencia es como una isla perdida en la inmensidad del océano del inconsciente. ¿Y qué es el inconsciente? Es el gran descubrimiento de Freud. Como digo, Freud considera que nuestra parte consciente es una mínima parte de nuestra psique, y que prácticamente todo lo restante está ocupado por el inconsciente, es decir, por todo un conjunto de procesos psicológicos de los que no somos conscientes y que, sin embargo, nos determinan. Cuando estamos soñando, cuando estamos eufóricos o delirando, cuando estamos secuestrados por una emoción, cuando tenemos lapsus de todo tipo, y hacemos lo que no queríamos hacer o decimos involuntariamente algo inapropiado, o cuando estamos pensando no sabemos muy bien en qué, o fantaseando en un estado intermedio entre la vigilia y el sueño, etc., en todos estos momentos estamos bajo el influjo del inconsciente, el cual nos determina sin nosotros saberlo.

     Al respecto, es clásica la imagen del iceberg, donde la parte consciente es la porción de hielo que es visible en la superficie, mientras que el inconsciente es la gran masa de hielo restante que permanece oculta.
     Freud considera que, el descubrimiento del inconsciente, supone un duro golpe para la vanidad humana. Históricamente, asegura Freud, se han producido tres grandes heridas narcisistas en la humanidad:

     1) La primera herida narcisista fue producida por Copérnico, al demostrar que la Tierra no era el centro del universo, desplazando hacia la periferia del cosmos el lugar que ocupa el hombre en el universo. Nietzsche, al comienzo de Sobre verdad y mentira, expresa esta idea de la siguiente manera: "En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramados en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento... Tras breves respiraciones de la naturaleza el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer... Hubo eternidades en las que no existía; cuando de nuevo se acabe todo para él no habrá sucedido nada... [pero] el más soberbio de los hombres, el filósofo, está completamente convencido de que, desde todas partes, los ojos del universo tienen telescópicamente puesta su mirada en sus obras y pensamientos".
     2) La segunda herida narcisista se produce con Darwin. El ser humano forma parte del reino animal, como el resto de los organismos vivientes. No es el centro de la creación divina, hecho a imagen y semejanza de un dios. Los humanos compartes antepasados comunes con otros animales, de los cuales procede por evolución, de acuerdo con las leyes de la selección natural.
     3) La tercera herida narcisista de la humanidad, la produce el propio Freud, al demostrar que, en realidad, "el hombre ni tan sólo es dueño y señor de su propia casa", pues desconocemos la mayor parte de la vida psíquica de la conciencia. Hay muchos procesos psicológicos que ocurren en nuestra conciencia de los cuales no somos conscientes y que, sin embargo, nos determinan profundamente. Poderosas fuerzas impulsivas del inconsciente gobiernan la voluntad humana, como ya sabemos.

     Respecto a esta última herida narcisista de la humanidad, para tratar de aliviarla, Freud propone como remedio el psicoanálisis. De acuerdo con Freud, haciendo consciente lo que es inconsciente, el ser humano puede llegar a ser más libre. Pero sobre todo son los pacientes neuróticos, que padecen sufrimientos psicológicos producidos por conflictos inconscientes no resueltos, los que más pueden beneficiarse de la terapia psicoanalítica. El psicoanalista pretende asomarse al abismo del inconsciente, para llevar la luz hasta los rincones más oscuros. Mediante la escucha atenta, el diálogo con el paciente, los juegos de asociación de ideas, la interpretación de los sueños, etc., el psicoanalista accede al mundo subterráneo de las pulsiones y los deseos, haciendo que afloren los conflictos latentes que causan sufrimiento al individuo, de tal manera que se produce una liberación terapéutica. 

Nota- El libro de lectura obligatorio será El malestar de la cultura, de Freud. Los alumnos deberán leer este escrito de Freud y hacer un ensayo crítico, en el que aparezcan las ideas fundamentales del autor y una reflexión personal del alumno.

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     Pero vayamos por partes. Comencemos por investigar en los orígenes del psicoanálisis. Para ello vamos a servirnos de una serie que ayer estrenaron en Netflix, a saber: Freud. En esta serie, aunque la realidad se mezcla con la ficción, sin embargo, aparecen aspectos autobiográficos del autor e ideas fundamentales del psicoanálisis.

"Soy una casa, en el interior está oscuro, mi conciencia es una luz solitaria, una vela en una corriente de aire, centellea hacia un lado y hacia el otro, todo lo demás está en la penumbra, todo lo demás está en el inconsciente, y allí en la penumbra, están las otras habitaciones, pasillos, escaleras, puertas. En todo momento, todo lo que reside en nuestro interior, todo lo que deambula en nosotros, está ahí, latente, vivo, en esta casa que soy yo. El instinto, Eros, los tabúes, los pensamientos prohibidos, los recuerdos que no deseamos ver a la luz, que hemos desterrado de la luz, danzan a nuestro alrededor en la oscuridad, nos atormentan, se burlan de nosotros, nos acechan, murmuran, nos atemorizan, nos enferman. Ellos nos provocan la histeria".

       El primer episodio se titula "Histeria". Precisamente, la histeria, en la psiquiatría del siglo XIX, fue motivo de debate y se sitúa en el origen del psicoanálisis. La histeria era un tipo de trastorno mental que solía afectar a pacientes femeninos, y que se caracterizaba por una manifestación exagerada de estados internos agitados, que desembocaba en parálisis, en convulsiones, en desvanecimientos, en ataques violentos, etc. Es decir, que la histeria es un tipo específico de neurosis. La neurosis, insisto de nuevo en este concepto, es un sufrimiento psicológico originado por conflictos inconscientes no resueltos, y que frecuentemente están relacionados con la sexualidad.
     Pues bien, mientras que el consenso científico de la época defendía que este trastorno mental tenía su origen en algún daño fisiológico del cerebro, sin embargo, Freud comenzó a defender una idea completamente opuesta, de acuerdo con la cual se trataba de trastornos mentales de origen psicológico, que tenían que ver con deseos reprimidos, conflictos, traumas, olvidos, pensamientos prohibidos, etc. Lo que propone Freud, por consiguiente, es abordar la neurosis (y la histeria), tratando de comprender los problemas internos que atormentan a los pacientes, a través de una terapia psicológica. Lo que se pregunta Freud, pues, es si acaso los síntomas de la histeria son una manifestación de memorias traumáticas del paciente.

     Pero en esta primera etapa, Freud tenía dificultades para bucear en el inconsciente de los enfermos. Influenciado por Charcot, con el que había estudiado en el hospital Salpetriere de Paris, Freud había comenzado por aplicar la hipnosis, pero no obtenía los resultados deseados. Así que, progresivamente la fue abandonando, entre otras cosas porque no todos los pacientes respondían a esta técnica, además de que era un método autoritario. Con el paso del tiempo, Freud fue desarrollando una técnica denominada Libre Asociación, que junto con la interpretación del material procedente de los sueños, serían ambas la vía de acceso preferente hacia el inconsciente.
     El segundo episodio de la serie de Netflix, lleva por título "Trauma". Este también es un concepto muy importante. Un trauma psíquico se produce a partir de una experiencia dolorosa y angustiosa para el individuo, de manera que le provoca miedo y ansiedad, o cualquier otro tipo de daño (incomodidad, vergüenza, etc.). El individuo no es capaz de afrontar con normalidad el trauma, afectando éste al buen funcionamiento psíquico, así como a los quehaceres normales de a vida del individuo. Entonces, para defenderse, el sujeto tiende a activar diversos mecanismos de defensa, siendo uno de los más frecuentes la eliminación, es decir, el olvido del trauma. Pero olvidar el trauma no quiere decir que éste desaparezca, sino que queda oculto en el inconsciente, donde habita cargado de una gran energía psíquica. Este trauma inconsciente no resuelto, que el sujeto no desea traer a la luz, no obstante, genera síntomas neuróticos en el sujeto. Y como sabemos, precisamente el objetivo del psicoanalista consiste en acceder al inconsciente para señalar el trauma y deshacer el conflicto no resulto, gracias a lo cual los síntomas neuróticos e histéricos cesarán.

ACTIVIDAD: Utiliza los términos propios del psicoanálisis (neurosis, trauma, síntomas, conflicto, etc.) para tratar de explicar la escena de la película en la que Freud hipnotiza al policía.